Ciudad de México, 28 de Marzo 2018 (Redacción).- El fumar modifica seriamente la vida de las personas. Se ha encontrado que los fumadores tienen mayor riesgo a la obesidad porque existe también un mayor consumo de energía, principalmente a partir de grasas y colesterol.
Es decir que a los fumadores se les antoja más los alimentos ricos en grasas que a los no fumadores. Cualquiera pensaría que los alimentos que elegimos solo tiene que ver con el sentido del gusto y ahora se encuentra la relación que hace que un mayor porcentaje de los fumadores sean obesos al compararlos con los no fumadores.
El ser obeso incrementa los riesgos a enfermedades crónico no transmisible como lo son la diabetes, la artritis, enfermedades cardiacas, problemas de hipertrigliceridemias y colesterol.
También se ha dicho mucho de que en los fumadores se ven incrementadas las necesidades de vitaminas C, A Y E, estas vitaminas funcionan como antioxidantes muy poderosos y los podemos encontrar en la dieta, principalmente en frutas y verduras.
Precisamente estos nutrimentos son los que los fumadores tienen disminuido su consumo, simplemente prefieren consumir otros alimentos como son aquellos ricos en grasas, es decir que no se les antojan los alimentos que las contienen. El consumo de antioxidantes ayuda a disminuir o prevenir el estrés oxidativo del organismo, que se degeneren las células haciéndolas más susceptibles al cáncer, a enfermedades que deprimen el sistema inmunológico como por ejemplo una simple gripa y a enfermedades crónico no transmisibles.
Como conclusión el dejar de fumar no solo influye en disminuir el riesgo a enfermedades crónicas, sino que también promueven a mejorar los hábitos alimentarios y el estilo de vida Di no al cigarro