Durante la transmisión de anuncio de los Ariel, la presidenta de la Academia, Mónica Lozano, en referencia a los fideicomisos, instó a impedir un retroceso de la cinematografía en la ley.
Durante la transmisión de anuncio de las 62ª edición de los Premios Ariel, la presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas (AMACC), Mónica Lozano, ofreció un discurso para pronunciarse sobre temas como la crisis que ha afectado a los gremios culturales y, en particular, al del arte cinematográfico, mismo que, dijo, ha debido reinventarse a las nuevas formas de consumo y producción. Pero también se sumó al llamado de las voces para que en el industrias se generen espacios libres de violencia y se ponga el foco en la representación de género.
“Hoy luchamos también por erradicar del cine, de la industria audiovisual, la violencia de género que lacera a nuestra industria como el resto de nuestra sociedad. Tras un año de intenso trabajo por parte de numerosos colectivos de mujeres, esta semana se presentó el primer Protocolo integral contra el acoso y hostigamiento para la producción audiovisual, un hecho sin precedentes en nuestra historia cinematográfica. La Academia se suma al llamado de estas voces para que en nuestra industria se generen espacios libres de violencia, se impulse la igualdad de oportunidades y se reflexione sobre la representación de género de la pantalla”, dijo durante la transmisión emitida por los canales de la AMACC y en televisión abierta a través de la señal de Canal 22.
Refirió que una preocupación principal que cunde en el gremio es “la enorme incertidumbre” a consecuencia de la latente desaparición de los fondos y fideicomisos que garantizaban su existencia: Foprocine y Fidecine.
“(Se trata de) mecanismos que han sido conquistas de la lucha de este gremio por un cine mexicano de relevancia cultural, soberano y diverso. No permitamos un retroceso en el ámbito del fomento a la cinematografía en la ley. De la mano con la comunidad, hoy la Academia está luchando por encontrar los caminos para la construcción. De políticas públicas que respalden a la creación cinematográfica en toda su diversidad y pluralidad, que garanticen el fomento al cine a través del Imcine, con la participación incluyente y democrática, transparente, de la comuniad”.
Explicó que la crisis brinda una oportunidad de corregir y fortalecer los mecanismos de apoyo y las instituciones cinematográficas sin detener el trabajo esencial de la producción, la distribución, la difusión del cine mexicano.
“La cultura no debe pensarse como un gasto. No es un adorno, no es un bien prescindible. Desde el cine podemos contribuir en la construcción de un nuevo y mejor México. Los creadores y trabajadores cinematográficos no somos el enemigo. Por el contrario, tenemos un compromiso con la realidad de nuestro país. Trabajemos por una política cultural que garantice la existencia del cine mexicano, que se nutra de sí y permita que florezca para todos. Hagámoslo juntos, cerremos filas”, agregó.
Agradeció a quienes sumaron su esfuerzo y su capital para apoyar a alrededor del 80% de integrantes de la industria del séptimo arte que enfrentaron la precariedad como consecuencia de la crisis sanitaria y económica.