Si tomamos en cuenta la indirecta que lanzó el Presidente Andrés Manuel López Obrador en la reunión que sostuvo con senadoras, senadores, diputadas y diputados federales hace poco más de una semana al señalar que en la política se tienen “amigos de mentira y enemigos de verdad”, más de uno, supuso que fue para al senador Ricardo Monreal Ávila, pero no alcanzarían las líneas de esta columna para describir el largo trayecto y la historia entre estos dos políticos, sus coincidencias, sus encuentros y también sus desencuentros, razones por las que hoy gran parte de la sociedad y de la clase política tienen puestos sus ojos en un episodio más de los muchos que han atravesado estos dos personajes de la vida política nacional por más de 26 años.
Iniciaron este trayecto cuando un adversario político en común (Ernesto Zedillo) no quería que el ahora Senador fuera Gobernador de su natal Zacatecas en 1997, AMLO era Presidente del PRD y le ofreció ser candidato de ese partido conociendo la base popular que éste había acumulado desde que fue Regidor, Secretario del Ayuntamiento, Secretario de la Confederación Nacional Campesina y dos veces Diputado Federal, así, ganó la gubernatura de su Estado y comenzó una etapa de triunfos para la izquierda, posicionándolos en el mapa político electoral. Y así siguió la racha, pues posteriormente obtuvo un escaño en el Senado, una curul en el Congreso de la Unión (por tercera vez) y en el 2015 fue electo Jefe Delegacional de Cuauhtémoc en la Ciudad de México.
En el 2018, Ricardo Monreal logró un escaño en el Senado de la República y no esperó en demostrar esas habilidades que por muchos años le han sido efectivas al Presidente y al movimiento, como lo fueron las negociaciones y los acuerdos en estas últimas dos legislaturas, por ejemplo; la aprobación de la Revocación de Mandato, la Ley Reglamentaria de la Reforma Judicial al aprobar el décimo tercer artículo transitorio, la aprobación de la Guardia Nacional y su labor de convencimiento para facilitar el regreso de Olga Sánchez Cordero al Senado de la República como Presidenta de la Mesa Directiva, por mencionar algunas acciones, con las que demostró su tacto político y el saber tejer de manera fina, tareas que le han permitido lograr el reconocimiento de sus compañeros y compañeras, así como también de muchos de sus adversarios políticos.
Pero, ¿Qué gana Ricardo Monreal con todo esto?
Como político de tiempo completo ha servido al país por más de 45 años ininterrumpidos pasando por un gran número de cargos públicos en los que destaca ser Gobernador de su estado y un poco más de 25 años como legislador, que son casi los mismos años de sumarle al proyecto del actual Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, y desde donde ha logrado lo que muy pocos o nadie ha alcanzado en este movimiento, proteger la Constitución y proteger al Presidente, incluso de sí mismo, procurando la amistad y la lealtad a él y al proyecto de transformación por el que han luchado desde hace muchos años.
Ricardo Monreal apuesta a lo mismo que apostó el ahora Presidente, a ser un rebelde con causa, a ser un aspirante antistema, a estar sin el acompañamiento del poder o de los poderes fácticos, y con todo y eso, salir adelante.
Y usted, ¿Qué opina?
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