Frangie le da la espalda al ITESO

  • El candidato de MC canceló su participación en el foro que sostendría con Kumamoto en el ITESO.

 

El diálogo es uno de los principios fundacionales de la democracia y una condición imprescindible para su pleno desarrollo en el mundo contemporáneo. Se sabe desde tiempos de Platón y así se plantea hasta la fecha incluso en las páginas del INE y la ONU. En consecuencia, recibimos con gran sorpresa que Juan José Frangie decidió cancelar su participación en el diálogo que sostendría con Pedro Kumamoto y Oscar Santos el próximo martes en el ITESO.

El desarrollo de estos foros tienen como propósito fomentar la participación ciudadana, la capacidad crítica y la formación cívico-política de cara a las próximas elecciones del 2 de junio. Realizarlos frente a la comunidad universitaria posibilita que las nuevas generaciones se incorporen al diálogo político, conozcan las propuestas y puedan tomar decisiones bien informadas.

Con la cancelación de la participación de Juan José Frangie, se pierde una valiosa oportunidad de este intercambio de ideas que buscan que los jóvenes, tan alejados hoy en día de la política, se sientan escuchados, valorados y representados.

Vale la pena mencionar que en las próximas elecciones, de acuerdo a estadísticas del INE, el sector poblacional de entre 18 y 29 años es el más numeroso del país. Hay 26.5 millones de jóvenes con credencial vigente en México, lo cual representa el 27% del electorado. Es decir, su participación será crucial para determinar el rumbo de Jalisco y de Zapopan en los próximos años. Su voz tiene mucho peso en este diálogo.

Y cabe añadir que el diálogo es parte sustancial de la misión del ITESO. Según expresa, su propia página web, buscan formar profesionales libres, dispuestos a servir a la sociedad, a ampliar las fronteras del conocimiento y a “proponer y desarrollar, en diálogo con las distintas organizaciones sociales, soluciones viables y pertinentes” para la construcción de una “sociedad más justa y más humana”.

El diálogo es también un pilar de la democracia porque posibilita la representatividad, la comprensión, la comunicación abierta y la consecución de acuerdos entre diversos actores de la sociedad. También es indisociable de las libertades de expresión, de conciencia y de asociación. Es el camino hacia una cultura de la paz y el puente que nos encaminará a una gestión política más sensible, más consciente y más cercana a la gente.