El congreso de la Ciudad de México aprobó cambios a la ley de turismo local para regular los servicios de alojamiento temporal de plataformas digitales, como la estadounidense Airbnb o la neerlandesa Booking, en un intento por ordenar la oferta turística en la capital del país.
La iniciativa, que entró en vigencia el jueves con la publicación en la Gaceta Oficial, fue propuesta el año pasado por el alcalde capitalino interino Martí Batres, del oficialista Morena, e incluye, entre otras cosas, la creación de un padrón de anfitriones para personas y empresas que ofrecen estancias turísticas de corto plazo.
Además, se obliga a estos a reportar indicadores de uso y ocupación y cumplir con las obligaciones fiscales en un intento por atender “las problemáticas” de la gentrificación, el aumento de rentas, la inseguridad, así como la competencia desleal y la acumulación de basura en áreas frecuentadas por turistas.
Los cambios, que fueron aprobados el 21 de marzo por unanimidad, estipulan que el registro en el padrón tendrá una duración de dos años, deberá mostrarse en la plataforma donde se ofrecen los servicios de hospedaje y tendrá que ser renovado 30 días antes de su vencimiento.
Los anfitriones deberán informar a los vecinos inmediatos sobre el uso turístico de los inmuebles ofertados y proporcionar números de contacto para recibir reportes sobre el mal uso o situaciones de emergencia sobre esos recintos. Además, podrán ser sancionados si cometen infracciones.
“Los establecimientos mercantiles que ya se encontraban en operación previo a la creación del padrón de anfitriones, no podrán ser registrados como inmuebles en los términos de la presente Ley por ningún anfitrión”, añade.
El crecimiento de unidades de hospedaje de corta estancia ha impactado en el desplazamiento de residentes originarios y en el incremento del costo de la vida en algunas zonas de Ciudad de México, hogar de casi 10 millones de habitantes. En algunos barrios, edificios enteros han sido comprados para convertirlos en hoteles temporales.
Además, los hoteleros aseguran que las plataformas de hospedaje suponen una “competencia desleal” que les generan pérdidas económicas ya que no pagan los mismos impuestos.
En los últimos años, en ciudades como Barcelona (España), París (Francia), Berlín (Alemania) o Nueva York (Estados Unidos) también se reguló el uso de plataformas de hospedaje. En México operan Airbnb, con sede en California; Tripadvisor, con sede en Massachusetts; Booking, con sede en Ámsterdam; y Trivago, residenciada en Düsseldorf.
A fines de 2022, el gobierno capitalino firmó un acuerdo con Airbnb para atraer a nómadas digitales y el turismo creativo. En esa oportunidad, la entonces alcaldesa Claudia Sheinbaum -que ahora busca la presidencia del país- invitó a “todos los trabajadores remotos del mundo entero” a venir a la capital mexicana con la intención de captar un 5% de ese segmento poblacional que redundaría en una derrama económica de 1,400 millones de dólares anuales.
Pero rápidamente llegaron las críticas por parte de vecinos y políticos de oposición, quienes aseguraron que el acuerdo azuzaría la llegada de nómadas digitales, que estalló tras el fin de la pandemia del coronavirus.
El turismo representa el 9.1% del PIB capitalino, mientras que el 14% del empleo en la ciudad corresponde a actividades relacionadas con el turismo, según cifras oficiales.
Actualmente existen unos 800 hoteles con más de 60,000 habitaciones en Ciudad de México. El año pasado, la ciudad recibió 14.4 millones de turistas -29% internacionales- que dejaron una derrama de unos 7,900 millones de dólares.