Llega el otoño y, con él, muchos destinos enteros se tiñen de amarillo, rojo y naranja con el cambio de color en las hojas. No es un fenómeno tan común en México, pero sin duda lo reconocemos y muchos soñamos con visitar un bosque que se transforma por completo en esta temporada.
Pero, ¿por qué ocurre el cambio de color en las hojas? Si bien es un proceso complejo, es posible explicarlo de manera breve y sencilla.
Durante la primavera y el verano, las hojas de los árboles son color verde gracias a la clorofila. Es decir, al pigmento que está presente en casi todas las plantas y cuya presencia es clave para la fotosíntesis o conversión de luz solar en energía, explica la Facultad de Ciencias Ambientales de la Universidad Estatal de Nueva York.
Aunque un árbol puede tener otros pigmentos al mismo tiempo, la clorofila es dominante en las primeras dos estaciones del año; se degrada durante el día, pero se renueva constantemente.
En el otoño, el ambiente es más fresco y la duración del día es menor. Por estas razones la producción de clorofila se vuelve más lenta hasta detenerse en invierno. Cuando la clorofila escasea, algunos pigmentos que ya estaban ahí se hacen visibles y otros aparecen. Así nacen los colores de otoño.
Los carotenoides son los pigmentos responsables de los tonos naranjas y amarillos que ves en árboles como el álamo temblón, el gingko, el arce real, el abedul y la acacia de tres espinas. También participan en la fotosíntesis, pero solo son visibles cuando la clorofila se degrada.
Durante el otoño se producen las antocianinas, pigmentos rojos, rosas y púrpuras en las hojas de algunos tipos de arce, arbustos ardientes, perales o cornejos floridos, por mencionar algunas especies. La intensidad de estos tonos depende de la cantidad de días soleados y noches frías en la temporada.
Por último están los taninos, pigmentos cafés que están presentes todo el año pero no se ven hasta que la clorofila y los carotenoides dejan de ser dominantes, poco tiempo antes del invierno. Podemos verlos en robles o en especies que no muestran otros tonos otoñales además del café.
El cambio de follaje no es igual en todos los árboles. Algunas especies solo muestran tonos amarillos, mientras otros solo pasan del verde al café justo antes de caer.
También están los árboles de hoja perenne, como las coníferas (pinos, abetos o cedros, por ejemplo). Permanecen verdes todo el año y las hojas se renuevan de manera individual cada dos o cuatro años.