Cuidad de México | 19 de julio de 2022. | Redacción.-
Desde 2020 a la fecha, células del Cártel de Sinaloa, identificadas con Ismael El Mayo Zambada y Ovidio El Ratón Guzmán, hijo de Joaquín El Chapo Guzmán, así como de Rafael Caro Quintero pelean el territorio en la Ciudad de México, no sólo para actividades financieras o de trasiego de droga, sino para distribución y venta, principalmente de cocaína.
Lo anterior se desprende de un informe de inteligencia elaborado por la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México, con datos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), cuya copia posee EL UNIVERSAL, donde se reporta la detención de 49 individuos que van desde jefes de células, operadores financieros y distribuidores de droga con una importante jerarquía.
En el análisis se hace referencia a que la narrativa que sostuvo la administración pasada, que aseguraba que en la Ciudad de México no había delincuencia organizada, resultó contraproducente, pues el negar su presencia, “fueron alicientes importantes para su crecimiento”.
El 12 de julio pasado, en la detención de un grupo de 14 personas en Topilejo, en la alcaldía Tlalpan, ligado con Ovidio Guzmán y llamado Los Chapitos, en la indagatoria se identifica que operaban en la Ciudad de México desde hace tres meses y buscaban apoderarse de las narcotiendas de la capital, por ello “empezaron a secuestrar a personas que ya vendían droga, para que trabajaran para ellos”.
El informe da evidencia de la disputa al interior del Cártel de Sinaloa y Sonora y que llegó a la CDMX.
El 11 de junio de 2020 fue asesinado en la habitación 3304 del Hotel Intercontinental, en Santa Fe, Juan Antonio Valenzuela Ortiz, quien era del Cártel de Sinaloa y traficaba droga en Tijuana, Guadalajara, Ciudad de México y Los Ángeles, California.
ra sobrino de Luis Gabriel Valenzuela y/o Julián Grimaldi Paredes, presunto operador logístico de El Mayo Zambada.
En octubre del 2021, en la colonia Nápoles, en la alcaldía Benito Juárez, fueron detenidos tres sicarios de un grupo que opera en Tijuana, Baja California, que habían sido enviados a la Ciudad de México por El Flaco, para ejecutar al hermano menor de Los Chapitos, puesto que lo habían localizado en la capital del país con dos escoltas y que se movía en vehículos Mercedes-Benz y Land Rover blindados.
Fuentes consultadas identifican a El Flaco como lugarteniente de El Mayo Zambada, y que el objetivo que iban a atacar se movía en Polanco, la Zona Rosa y el área boscosa de Tlalpan.
El análisis de las autoridades revela que para el Cártel de Sinaloa, “la Ciudad de México es vista como un punto neurálgico donde todo confluye”, apto para manejar un mercado de consumo bastante lucrativo, y además es identificado como un punto central para la distribución de drogas hacia otras zonas del país, así como para Estados Unidos.
Gracias a eso, la actividad económica de los cárteles transnacionales permite la recaudación de grandes cantidades de dinero y el lavado de dinero. Incluso detectaron que operan como empresas que tuvieran actividades lícitas.