Hoy lunes 9 de septiembre estaba previsto el impacto a la Tierra de un gran asteroide de 50 metros de diámetro. Las observaciones a inicios de año causaron mucha polémica; señalaban su entrada a nuestra atmósfera; y la NASA lo había catalogado como el séptimo asteroide potencialmente más peligroso que se conoce.
Nuevas observaciones realizadas el 4 y el 5 de julio por el Observatorio Austral Europeo en Chile no encontraron a el asteroide en la región del cielo donde debería estar si se encontrara en rumbo de colisión con el planeta.
Como había bastante incertidumbre sobre la trayectoria del asteroide; los especialistas de la Agencia Espacial Europea buscaron el objeto con el Telescopio Muy Grande del desierto de Atacama y confirmaron que su rumbo había cambiado.
Afortunadamente; el asteroide no estaba en una zona problemática que señalase una clara dirección contra la Tierra, informa el Observatorio Austral Europeo en un comunicado; Se trata de la primera vez que se descarta un impacto de un asteroide mediante una no detección.
Dado que no ha aparecido en las imágenes; la trayectoria del asteroide sigue siendo incierta, por lo que no puede descartarse una colisión en una futura aproximación a la Tierra; La siguiente se producirá el 8 de septiembre de 2023. Sin embargo, el 2006QV89 ha caído al puesto 156 en la Lista de Riesgo de Objetos Cercanos a la Tierra de la ESA, de la que actualmente forman parte 866 astros.
La probabilidad de impacto se estima dentro de cuatro años; ahora en una entre 625.000 cuando en enero era de 1 entre 11.428 de chocar; y la probabilidad de impacto en algún momento de los próximos cien años, teniendo en cuenta que es un asteroide que regresa con frecuencia, de 1 entre 7.128.
Por otro lado, se espera que pase cerca de la Tierra una amenaza mayor: el 6 de mayo de 2022 podría chocar el asteroide 2009 FJ1; el sexto más peligroso de la lista. Pese a ser muy pequeño viaja a 95.000 km/h respecto a la Tierra, una velocidad alta incluso para un asteroide, por lo que una colisión tendría efectos muy graves. Con los datos orbitales actualmente disponibles, la probabilidad de impacto es estima en 1 entre 4.464.