Ciudad de México a 30 de Noviembre del 2019 (Milenio).-El escritor cubano de novelas policiacas visitó Barcelona, donde habló con medios y lectores sobre el reto de ponerse ante la hoja en blanco,entre otras cosas.
El escritor, periodista y guionista cubano Leonardo Padura confiesa que cuando termina una novela “y no sé cual es la siguiente que voy a escribir empiezo a ponerme nervioso”. Reconocido por sus libros de ficción policiaca, el escritor se confesó como un trabajador compulsivo y muy ansioso. Además reveló que da a leer a su esposa las primeras páginas hasta sentir que tiene una nueva novela.
Considera que desde que comenzó a escribir todo ha cambiado mucho, pero algo sigue siendo igual: “La incertidumbre a la hora de escribir”, y el reto de enfrentarse a una nueva historia cada vez. La carrera literaria de Padura se ha forjado en gran medida con el apoyo y una relación de trabajo muy seria con la editorial Tusquets: “Jamás se me ha pedido que cambie una oración o una palabra relacionada con la política o lo comercial”, cuenta.
Para el cubano, la entrada de Tusquets en el Grupo Planeta ha permitido una plataforma de distribución con un crecimiento de la presencia de sus libros en el espacio iberoamericano, y que “lamentablemente Cuba no importa libros” por cuestiones políticas, pero también económicas, ya que los 22 euros que cuesta un libro es el salario de un mes para un cubano. “Tengo la lamentable condición que para un lector español es más fácil acceder a mis libros que para los lectores cubanos”, dijo, considerando que los cubanos deberían ser sus lectores naturales, y ha bromeado con que nunca ha sido un bestseller, pero que ha tenido la posibilidad de ser un outseller. Padura relata que la novela negra es muy generosa en su amplitud, y que “es un tipo de literatura que se liberó de las últimas ataduras formales que obligaban a una definición del género, y es más una atmósfera” en la que todo cabe. Para él, la parte histórica de la novela sirve para dar dimensión mayor a los conflictos de hoy y ver cómo el pasado y la historia son un vehículo para planificar y entender el presente.
