Un nuevo estudio publicado en la revista Journal of Epidemiology and Community Healt sostiene que las personas que visitan los museos y van al teatro regularmente, tienden a gozar de mejor salud y de una vida más satisfactoria.
Tanto los hombres como las mujeres que tocan instrumentos musicales, pintan, van al teatro o al museo en su tiempo libre son menos propensos a sufrir ansiedad o depresión que las personas que no participan en estas actividades.
La investigación realizada con más de 50.000 participantes que fueron reunidos por científicos noruegos, ha revelado que a mayor numero de actividades culturales a las que acudían los sujetos, mayores eran sus niveles de salud y bienestar.
Recientes investigaciones han demostrado que las personas se sienten más felices cuando invierten en experiencias en vez de en cosas materiales. Esto sucede porque las experiencias proporcionan interpretaciones personales positivas que persisten en el tiempo, y cuando las recordamos, tendemos a eliminar los recuerdos negativos -si los hubiera-.
Los museos de historia son excelentes para esto: nos permiten visitar tierras lejanas y apreciar el ingenio de muchas personas; todo eso en una tarde o un fin de semana.
Los museos difunden conocimiento. Muchos mayores no han tenido la oportunidad de estudiar, por lo que acudiendo a los museos, pueden aumentar su conocimiento de una forma agradable, entretenida y relajada. Muchos museos tienen actividades dinámicas e interactivas que ayudan a asimilar mejor los contenidos que hay en los mismos, mediante formas de aprendizaje que serían muy difíciles de llevar a cabo en otros contextos o lugares.
No hace falta solo visitar museos de cuadros y esculturas, los museos sobre ciencia y tecnología, difunden grandes conocimientos de formas interactivas.
Ayudan a los mayores que tienen problemas cognitivos o cerebrales, ya que, a través de la reconstrucción del pasado y las diferentes interpretaciones que las personas pueden tener de un mismo cuadro o escultura, se activa la memoria y los recuerdos olvidados en las personas mayores, creándose o recordando inquietudes ya olvidadas.
Los museos hacen que las personas viajen en el tiempo, se escapen a lugares diferentes y lejanos sin tener que salir de una sala, y todo ello gracias a medios sensoriales, intelectuales y emocionales, que sirven de apoyo para mejorar los conocimientos y reflexiones de las personas.