Ciudad de México a 12 de Noviembre del 2018 (redacción).-Eso experimentan los 161 pasajeros de la nueva ruta entre Singapur y Nueva York, estrenando en octubre por Singapore Airlines y lanzada como el vuelo comercial más largo del mundo.
La humedad en cabina es muy baja, por lo que en viajes arriba de 12 horas se pierde más líquido por la respiración y hay mayor riesgo de deshidratación. Por eso se recomienda beber constantemente agua y no alcohol.
Una de las grandes amenazas es el síndrome de la clase turista, es decir, el riesgo de padecer una trombosis en las venas de las piernas o una embolia de pulmón provocada por las condiciones de estrechez en el asiento de avión en vuelos de larga duración. El riesgo aumenta, porque la compresión venosa, la deshidratación y la inmovilidad se prolonga.
La clave es la distancia entre los asientos; el resto es un disfraz de las compañías para hacer más soportable el vuelo. La recomendación es la misma que para cualquier vuelo mayor a seis horas; pararse y moverse.