Mexicanos en contra del calentamiento global

Las advertencias de investigadores y ambientalistas, no sólo en nuestro país, sino en todo el mundo, son claras al señalar que no estamos reaccionando con la rapidez y decisión necesarias ante un problema tan grave como el cambio climático. Este es el conflicto más importante del siglo XXI en términos ambientales. Tanto los científicos ambientalistas, como los gobiernos y sus legisladores estamos buscando medidas que impulsen las acciones pertinentes y, sin embargo, topamos siempre con una conclusión que de principio suena como a reto, pero que ha demostrado ser la manera más efectiva para combatir este panorama: la acción social.

Para lograr la anhelada disminución de emisiones de Co2 tenemos, desde hace mucho tiempo, un amplio conjunto de estrategias en el campo del ahorro energético, las energías renovables o los estilos de vida y consumo. Muchas de estas ideas ya han sido probadas y han demostrado su viabilidad y eficacia, pero no se aplican de forma generalizada y ahí es donde debemos generar una estrategia real y concreta para plantearle a nuestra sociedad dos temas fundamentales: el problema y la solución.

Uno de los temas medulares en la participación ciudadana en términos ambientales es la falta de arraigo a nuestro medio ambiente y a nuestros recursos naturales. Como ejemplo tenemos los ríos y cuerpos de agua, contaminados sin ningún reparo en La Magdalena Contreras. Este fenómeno responde sobre todo a la falta de sensibilización, conciencia y educación ambiental de algunos actores sociales y políticos que no dimensionan la necesitamos de estos espacios que hoy están amenazados.  La respuesta de las sociedades humanas ante el reto del cambio climático no se corresponde con la gravedad del problema. 

Tanto los científicos ambientalistas, como los gobiernos y sus legisladores estamos buscando medidas que impulsen las acciones pertinentes contra el cambio climático.

No se trata de estigmatizar poblaciones, sino de entender que la educación y la formación de una sociedad no puede exceptuar el medio ambiente y en ese sentido, los órganos gubernamentales correspondientes debemos tomar la responsabilidad de ayudar a generar sociedades consientes y participativas.

Una acción responsable que ha demostrado ser un modelo a seguir es la Economía Circular, la cual viene desde hace tiempo trayéndonos toda clase de acciones, individuales y colectivas, pequeñas y de mayor magnitud, para enfrentar un problema que no puede eludirse más. En los últimos años, este esquema ha cobrado protagonismo en el debate político no solo por su potencial para la economía y el mercado laboral en general, sino también por su papel en la lucha contra el cambio climático. Para entender qué es la economía circular, tenemos que recurrir al modelo de las tres R: reducir, reutilizar y reciclar.

Una acción responsable que ha demostrado ser un modelo a seguir es la Economía Circular, la cual viene desde hace tiempo trayéndonos toda clase de acciones, individuales y colectivas, pequeñas y de mayor magnitud, para enfrentar un problema que no puede eludirse más

Una acción responsable que ha demostrado ser un modelo a seguir es la Economía Circular, la cual viene desde hace tiempo trayéndonos toda clase de acciones, individuales y colectivas, pequeñas y de mayor magnitud, para enfrentar un problema que no puede eludirse más

Y dado que reciclar ya no es suficiente para solucionar los inmensos retos medioambientales a los que nos enfrentamos, la economía circular propone un sistema práctico, pero eficiente basado en acciones al alcance de todos. Este ciclo detiene el derroche de los recursos naturales apostando por la redefinición de nuestros hábitos de compra y consumo. En este sentido, la economía circular busca preservar el valor de los productos, alargando su vida lo máximo posible.

Finalmente, les comparto cinco acciones de la economía circular que se pueden llevar a cabo en casa para contribuir al cuidado de nuestro ambiente:

  1. Reparar antes que tirar.
  2. Elegir lo duradero antes que lo desechable.
  3. Reducir la basura al mínimo (prepara comidas que generen la menor cantidad posible de desperdicios y compra productos sin embalaje o que sea reciclable).
  4. Comprar productos de segunda mano.
  5. Compostar en casa.
Este ciclo detiene el derroche de los recursos naturales apostando por la redefinición de nuestros hábitos de compra y consumo.

Este ciclo detiene el derroche de los recursos naturales apostando por la redefinición de nuestros hábitos de compra y consumo.

 

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